Reconocer nuestro valor como personas, por el sólo hecho de existir, darle valor a lo que hacemos por los demás, o bien establecer un valor económico a nuestros talentos.
Para mí está íntimamente relacionado con la autoestima y la confianza.
En esta sociedad en la que nacimos, me di cuenta que aprendemos desde chiquitos a que nuestro valor lo pone el otro.
En el colegio, los maestros, los profesores, los directivos. Y como en el colegio nos proponen ciertas cosas (y no todas las posibilidades) eso va marcando una tendencia en lo que “somos buenos” y en lo que “no somos tan buenos”.
En la Universidad si bien elegís la carrera, la dinámica es similar, si no te va bien en las notas “sentís que no servís para eso” y en general tiende a impactar en tu auto valoración.
Nuestros padres, nuestros amigos, nuestros jefes, van impactando en nuestra percepción de nuestro valor.
Así parecería que funcionan hoy por hoy las reglas del juego. Podemos sin embargo, desafiarlo conscientemente. Porque en realidad el “problema” no son "las reglas de la sociedad" (o por lo menos no lo cuestiono en esta nota) sino identificarnos con eso.
Creo que sería un mundo mejor, más auténtico, menos incómodo, si desde que nacemos pudiéramos reconocer y potenciar realmente lo especiales que somos cada uno de nosotros, porque básicamente somos únicos, desde el ejemplo típico de las huellas digitales únicas, hasta las diferencias obvias físicas, no hay dos personas iguales.
Y el tema es que vamos por la vida esperando que los demás nos digan si lo estamos haciendo bien o mal, si tiene valor lo que somos y hacemos.
Por eso hoy te invito a ser más consciente y cuestionar un poco todo esto; empezar a preguntarte cómo te relacionas con tu propio valor y cuánto te cuesta identificarlo.
¿Qué pasa cuando nadie te dice lo que vales? ¿te lo decís vos mismo? ¿qué pasa cuando nadie te mira, te presta atención, te da reconocimiento, o te dice lo bueno que sos? ¿cómo te sentís? El poder queda afuera, en los demás.
Te propongo que hoy tomes el poder vos, que salgas de la posición de espera. Que dejes de esperar a que mamá, papá, hermano o hermana, jefe, amiga/amigo, pareja, o cualquier otro, ponga tu valor. Y que empieces a reconocerlo vos.
Te dejo un mantra para que tengas presente durante los próximos 20 días, para que lo repitas internamente al despertarte, durante todo el día y antes de ir a dormir. Sumarlo a una meditación o decirlo algunas veces frente al espejo, será más poderoso aún.
“Soy valioso/a tal como soy”
¿Te resonaron estas reflexiones? ¡Contame después cómo te fue con el mantra!
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Maru Basualdo
Coach de confianza y de marca personal
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